El camino de Copenhague a Cancún, México

 

 
Muchas personas esperaban que la Cumbre sobre el clima en Copenhague diera como resultado conclusiones significativas. Más de 40.000 personas asistieron a estos debates, donde los líderes mundiales expusieron ambiciosos compromisos. Su discurso demostró el gran abismo existente entre sus palabras y el plan de acción previsto.
 
Naciones Unidas se esforzó por llegar a un acuerdo final entre las partes basado en el trabajo conjunto para conseguir unos compromisos formales que denotasen la urgencia de esta crisis climática.
 
Pero, las voces de la sociedad civil fueron silenciadas y las protestas pacíficas fueron suprimidas sin miramientos. La conferencia fracasó y sus decisiones van a afectar negativamente a los más pobres y perjudicados por el cambio climático.
 
El movimiento de Justicia Climática, al que pertenece Amigos de la Tierra, aumentó visiblemente en Copenhague. Los lemas de la población se oían más fuertes que nunca en el “Forum Social Alternativo”, que se desarrolló en las calles y en las antesalas de las conferencias oficiales.
 
Nadie osó silenciar las demandas exigidas para conseguir Justicia Climática, ni siquiera al hablar sobre la deuda histórica del clima. Delegaciones como Bolivia, fueron muy claras a la hora de definir el punto de partida en el debate: Justicia Climática.
 
¿Quién es el responsable de las emisiones de gas invernadero causantes del cambio climático?
 
Los países ricos, que están obligados a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero como marca el Protocolo de Kioto, son responsables históricamente de la mayoría de emisiones de carbono, y en consecuencia del cambio climático.
 
Hay que considerar por un momento que más de la mitad de las emisiones de carbono de la atmósfera terrestre proceden de los países de la Unión Europea y de Estados Unidos, que suman sólo el 10% de la población mundial, mientras que este 10% de la población mundial más pobre ha contribuido en menos de un 1% a las emisiones de carbono.
 
Las emisiones de carbono per cápita de Estados Unidos ascendieron a 19,6 toneladas en 2005, mientras que en China llegaban a las 3,9 toneladas y en India a 1,1.
 
¿Cuál es el desafío de México en 2010?
 
 
El gran reto de México, como país anfitrión en las reuniones sobre el clima, será que se escuchen las voces de las víctimas, la justicia climática ha de ser la pieza central en este encuentro.
 
México tendrá que superar los caprichos de los países históricamente culpables del cambio climático, que una y otra vez se han opuesto a lograr Justicia Climática durante la Cumbre de Copenhague.  
 
Otro obstáculo mayor será superar la tendencia a aceptar soluciones falsas para el cambio climático en los debates de Naciones Unidas, como las compensaciones de la emisiones de carbono y otras técnicas del mercado.
 
Si los acuerdos de la ONU hiciesen coincidir los intereses de las grandes potencias contaminantes, como Estados Unidos, y persiguiesen falsas soluciones, el pacto sería completamente ineficaz frente al cambio climático.
 
Dar unas monedas a los países más pobres para mitigar el cambio climático no sirve de nada si las principales causas del problema siguen intactas.
 
¿Cuál es la solución a la crisis del clima?
 
Necesitamos dejar atrás urgentemente la fase de las energías no renovables como el petróleo y no prolongar más el pago de la deuda climática. ¿Tiene sentido que el mundo sea consciente de que las imprudentes emisiones de carbono nos han traído a este punto de la crisis y sigamos produciendo y luchando para producir más petróleo; cavando para encontrar más carbón y arañando la tierra para encontrar combustibles contaminantes?
 
La sociedad civil está preocupada por la crisis del clima y debe organizarse para afrontarla. En México y en otros lugares del mundo, donde las fuerzas sociales han unido sus fuerzas para favorecer el movimiento de Justicia Climática, se forzó a los líderes mundiales a actuar en función de sus demandas.
 
Necesitamos resolver el cambio climático con justicia, tenemos que unirnos como población mundial, organizarnos y actuar en nuestra comunidad y a niveles nacionales.
 
Las reuniones de la ONU en México serán una oportunidad para la Justicia Climática si se reconoce a este movimiento por lo que es: la voz legítima de la sociedad civil que propone objetivos y ofrece soluciones reales.
 
Hay que recorrer un largo camino entre Copenhague y México, un camino que afortunadamente atraviesa Cochabamba, Bolivia, que será miembro del Comité Mundial de Cambio Climático a partir de abril de 2010.
 
El Comité está planteado como una conferencia mundial de movimientos sociales y fue anunciado por el presidente boliviano, Evo Morales, como respuesta a las conclusiones de la Cumbre de Copenhague. ¿Participarán las grandes potencias contaminantes y se enterarán de la realidad sobre el cambio climático?
 
Texto escrito por Nnimmo Bassey, presidente de Amigos de la Tierra Internacional

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comentarios:

  1. Cuidaoo comentó el 16/02/2010:

    Pfffff…. qué asco de políticos. A ver si hacemos más presión social y hacen algo, aunque sea en cada país… Eso sí, capaces son de hacer que medio mundo se muera de hambre para plantar aceite de palma para los todoterrenos.

  2. David comentó el 12/02/2010:

    Da un poco de miedo pensar que puede pasar en México, en visto de como ha ido Copenhague. Mal vamos sin además de no apostar por reducciones drasticas de emisiones, nos intentan colar agrocombusibles o transgénicos… a dar caña…

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